Y luego ya se verá. Etc.
-¿Cuánto se debe por esta vida?
-Dos eternidades y un infinito.
-Oh.
-No se preocupe, no vale nada.
-Eso me parecía.
-Ha aguantado usted bien sus propias limitaciones.
-Gracias. Supongo que lo dice por decir.
-Claro, aquí no sabemos nada de cómo les ha ido.
-Ya.
-¿Quiere dejar que el mundo siga a su aire o prefiere borrarlo?
-Ni idea. ¿He de decirlo ahora?
-Es igual
-¿Por qué?
-La pregunta es una formalidad, como un rito… decida lo que decida es lo mismo.
-No lo entiendo.
-Ni yo, soy un empleado.
-¿Y no le da curiosidad?
-Ya no.
-¿Y por qué dice que da igual lo que se decida?
-Al final se elimina.
-¿El mundo?
-Sí.
-¿Y eso?
-Ni idea. Pero creo que cuando falta el protagonista todo se deteriora y… pasa siempre.
-¿Y por qué será eso?
-Ni idea. Quizá es un decorado.
-¿Y las personas?
-Figuración… digo yo.
-¿Y la gente que elige?
-El 58%, que siga el mundo a su bola; el 40%, que lo borremos, y el 2%…
-Pasa de responder.
-Más o menos.
-¿Más o menos?
-Hay errores, barullos…
-Ya.
-Sí.
-Y cuánta gente pregunta como he hecho yo?
-Casi todos.
-¿Y qué les dice?
-De todo. Lo primero que se me ocurre.
-¿Se inventa las respuestas?
-¡Y las preguntas!
-Jajaja.
-Jajaja.
-¿Y qué le dicen?
-De todo. A los que les digo que van al infierno, por ejemplo… no vea cómo se ponen… les sabe fatal.
-¿Se lo creen?
-Ya lo creo.
-¿Y qué más les dice?
-A algunos les doy cuerda… como a usted..
-¿Y eso?
-Para ahorcarse.
(…)