Todo son pruebas. La mañana es una prueba de fresco. Las personas se comprueban en la calle, verifican su existencia en los demás. El suelo es compacto. Los vehículos arrancan, la radio del barrendero habla de un banquero, sílabas al viento eléctrico. Nadie silba. Furgones de reparto, bicicletas, cierta prisa vana. Todo parece confirmar el lunes. Hay wifi, agua, ¡pan!. Alemania impone su nombre. Mil folletos por buzonear, bien apilados en un carro, quizá proporcionen la fórmula definitiva del universo. Vapor de escapes. Los árboles se han vuelto tropicales. Huele a jurásico y lluvia. Los periódicos presentan otro día en las terrazas de los bares, lectores que fuman al fresco, luz actualizada del big bang. Ayer perdimos y ganamos: estamos vivos al final de la tabla, si estamos. ¿Aguantará el mundo un día más, con todos esos colores? Cada día hay que crearlo de cero entre todos. Darle realidad, palabras, café y sueños. Sostener la memoria de los muertos. Algunos de los elementos de esta prueba de imprenta vibran ya en otro tiempo. Algo se ha comido la vida.
N O V E L A "Nadie y nada"
C U E N T O S "Familias raras"
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