Hola, soy esta columna. El arriba firmante me suele usurpar pero hoy voy a hablar yo: como soy bastante delgadita intentaré no ser salomónica, de esas que se enroscan como tornillos. Como el arriba usurpante apenas me deja intervenir aprovecho para saludar a mis lectores Miguel Borau, a Alfredo Arguedas y a tantas otras personas que no cabrían en mi esmirriado cuerpecillo. También a Toni Losantos, afiladísimo escritor y profesor, y a los de Teruel que me consta que me leen. Bueno, leen al arriba firmante, pero la forma la suelo poner yo, así que algo mío va siempre embuchado en esta longaniza de (el León de) Graus. José Luis Melero, re-entronizado aquí ayer por Antón Castro porque ha presentado su libro “Lecturas y pasiones”, noveno tomo de su imprescindible miscelánea aragonesa, será el pregonero de la Feria del Libro Aragonés de Monzón, ciudad que clama por su tren. El caso es que, como Teruel intenta (y a veces lo conseguirá), usted y yo también existimos, al menos por un rato y que dure. Ya que soy una columna hueca que por un día ha recuperado su espacio vacío, o sea, la esbelta nada, me rejunjumo y me despido deseándoles lo mejor: la sostenibilidad indefinida, ora circular ora resucitativa. Ya veo que he salido un poco salomónica. Hasta casi me he mareado. ¡Gracias!
(En Heraldo de Aragón, 24-11-21)