–¿Cuánto tiempo tengo?
–Lo que te quede.
–¿Y es mucho o poco?
–La frase, corta.
(…)
(…)
–Yo no lo llamaría resumen… mi vida completa cabe en una frase.
–Pues hala, espabila.
–¿Por?
–Es la hora.
–Pero no me sale.
–Tú lo que quiere es aplazar la estancia…
–
