Más de 140 millones de dólares. Es la inversión que ha previsto el Pentágono para hacerse propaganda en las redes sociales. Lo recuerda Pascual Serrano, que explica que “el objetivo es crear cuentas falsas de usuarios y perfiles inventados en Facebook o Twitter para crear clima de opinión favorable a temas que convienen al Gobierno de Estados Unidos. Todo ello se coordina desde una base militar en Florida, aunque los perfiles falsos los situarán en diferentes puntos del mundo para ganar credibilidad y dar sensación de ser una línea de pensamiento activa y real. ¿Lo más irónico de todo? El plan se llama Operation Earnest Voice (Operación Voz Seria)”.
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—Después de tantos anuncios de que por fin las tecnologías pondrían la información verdaderamente en manos de los ciudadanos y de que todos podríamos en última instancia intervenir en el sistema resulta que muchos teóricos aseguran que las redes sociales solo están perpetuando el modelo.
—Han ayudado un poco a trivializar la información y a darnos esa falsa sensación de libertad de expresión de la que hablaba, el ejemplo más claro me parece que es Wikileaks: se suponía que nos iba a dejar a todos la información de los cables y al final acabó dándosela a un cártel de cinco grandes grupos, es decir, de nuevo eran los de siempre los que tienen el poder, los que manejan la información y que en última instancia ni siquiera son medios de comunicación, son unos departamentos de unos grandes emporios económicos. Entonces lo que creo es que la verborrea en torno a las redes sociales forma parte de esta fascinación, de esta tecnofilia de moda ante las nuevas tecnologías de la información, pero, bueno, una cosa de 120 caracteres como es un Twitter no puede, evidentemente, informar de nada.
 
 

 

