Engrasen la silla de Gabilondo!

Un poco perdido aun en ese garaje falso, con las luces de burdel de bola de espejos, Gabilondo es el amo (al menos hay una pieza buena por entrega, un gasto de sat?lite, un destello de sorpresa), ?l se quiere acercar, pero los entrevistados y auxiliares siempre est?n demasiado lejos, demasiado tensos… Gabilondo, en medio de esa carpinter?a despiadada, a?ora la mesa camilla.

(Ayer al girarse le chirriaba la silla, esto se anima!).

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