“Mujer de otoño” es la prueba de que también pasan cosas buenas.
Es un conglomerado de emociones que solicitan atención. Es juego, es pensamiento, naturaleza y tiempo. Empezó como un juego de emociones y rimas, y acabó reconciliándome con la vida.
Es un lugar de encuentro donde yo y yo conversamos, recordamos, buscamos, nos comprendemos, nos perdonamos y nos amamos. Un lugar desde donde observamos lo mejor de ti y del mundo.
“Mujer de otoño” es un propósito, un pacto de futuro conmigo misma y con la tierra sellado con versos.
Pilar Clau